San Antonio Spurs 110 - Houston Rockets 107 (3-2)
Cuando el partido más aprieta, cuando llega el momento más importante de la temporada, la experiencia cambia de grado importante a fundamental. Adquiere un carácter de imprescindible si además tu mejor compañero está lesionado y sientes la presión de tu público sobre tus hombros. Pero si te llamas Manu Ginobili, todo se relativiza. Como si jugará en las canchas de Argentina, Manudona fue la llave que encontró Popovich para resolver un igualadísimo partido. Fue el jugador determinante en los minutos finales. Anotando, asistiendo y taponando el último triple de Harden que hubiera supuesto la segunda prórroga. Ginobili hoy evitó el más que posible pase de Houston a la Final de Conferencia. Los Spurs debían ganar en casa para asegurarse, por lo menos, un séptimo en el AT&T Center. Así lo hicieron, pero qué manera de sufrir.Un encuentro que San Antonio empezó mandando gracias a un 50% de acierto desde el exterior. El balón circulaba al más puro estilo Spurs, pero los Rockets no se despegaban. James Harden apuntaba a gran noche con sus 23 puntos al descanso. 'La Barba' acabaría con 33, pero con acciones poco acertadas en la prórroga.
El tercer cuarto fue de dominio visitante. Quedaba claro que el partido se decidiría por detalles. Como la estupenda defensa de Clint Capela -vaya futuro por delante- sobre Aldridge, al que dejó en un 33% en tiros de campo y le provocó siete pérdidas de balón. No era el partido de LaMarcus, ni de Pau. El protagonismo lo adquirían Kahwi Leonard (aunque más intermitente que otras ocasiones), Simmons y Danny Green. En el otro bando, con Harden poco receptivo al balón, asumía galones Beverley.
Los Spurs pudieron evitar la prórroga en la última jugada de pizarra. Con Leonard de repente en el banquillo, Mills no recibió el bloqueo en cabecera de Pau Gasol o Aldridge, y no pudo tirar a tiempo. Al español le cayó el monumental cabreo de Popovich.
Pau no pisaría la cancha en toda la prórroga, y su cara en el banquillo no era precisamente amistosa. Tampoco volvería a pista Kawhi. Su tobillo izquierdo había gritado basta. La pregunta es si lo dirá también para el próximo partido.
Estará Ginobili, amo y señor del tiempo extra. Por su defensa a Harden, su inteligencia, su dirección. Tomó las riendas de sus Spurs de manera aplastantemente lógica. Sin Parker y sin Tim Duncan, solo él quedaba del histórico trío.
Aunque el ejecutor, el que se llevó los focos fue Danny Green. El escolta anotó cinco puntos consecutivos, vitales para mantener a San Antonio en la pelea. Ryan Anderson contestaba en el otro aro desde el 7,25. Si minutos antes temblaban todas las muñecas, ahora los puntos caían sin cesar. Digno final de un magnífico partido. Salto entre dos, el balón lo gana Anderson, se lo da a Harden y ese tapón. El que fue justo con Manu, y con la poca creatividad de Houston en las últimas posesiones. El que lleva a los dos equipos de vuelta al Toyota Center, con ventaja para San Antonio. 'Win or go home' esta vez de manera literal para los Rockets. Imperdible: game 6, jueves a las 2:00.
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