"BRASIL SÍ QUIERE A USA"
Muchas especulaciones antes de empezar. No queremos saber nada, pero...
Ganar no era hoy un premio. Ganar significaba cruzarte con los americanos en semifinales. Perdiendo, en cambio, USA no llegaba hasta la hipotética final. España y Brasil ya habían avisado que ambas pretendían ganar sin lugar a dudas. No obstante, el partido deja muchas dudas. Al final, en España primó la cordura tanto como las críticas que va a recibir. En Brasil, contentos con la victoria, se ven en un cruce más complicado.
El partido, hasta muy al final, no dio síntomas de estar manipulado por sentimientos ajenos a lo deportivo. España salió muy bien, dispuesta a lavarse la cara después de la derrota ante Rusia. Luego, con el paso de los minutos, y al ver como Brasil se acercaba, y que esa limpieza ya no era del todo real, se prefirió bajar los brazos y no luchar, con vistas al campeonato.
Primer cuarto: lo ya comentado. España, y en especial Pau Gasol(25 puntos y 7 rebotes), se comieron a Brasil con un gran parcial de 26-17. Además de Pau, Marc volvió a ser el escudero perfecto de su hermano, al aportar 20 puntos. Además de ellos, buen cuarto también de Navarro, anotando y sacando faltas a los rivales. Pero todavía falta ver al mejor Navarro España, por tanto, hacía mucho dado a Brasil en el juego interior, que no veía la solución al problema.
Segundo cuarto: algo que sí empezó a encontrar en este cuarto. España bajó el alto ritmo que llevaba hasta el momento y en Brasil apareció uno de sus mejores hombres, Barbosa, hoy la gran arma brasileña con 23 puntos. Scariolo comenzaba ya con las rotaciones, está vez menos pero más largas. Muchos minutos para jugadores poco habituales, como ejemplos: Sergio jugó más que Calderón, o Llull y San Emeterio más que un Rudy hoy asombrosamente desaparecido. El partido por tanto, ya tenía un toque raro, poco normal. Como Ibaka(14 puntos), que se encargó, junto con el incombustible Pau, de que Brasil no culminará la remontada, al menos en este cuarto, que concluyó con parcial favorable a Brasil, aunque España se iba seis arriba al descanso.
Tercer cuarto: éste fue muy parecido al tercero: ritmo alto de España al comenzar, y remontada de Brasil después, que deja de manifiesto esa irregularidad de España que comentó en rueda de prensa Pau Gasol. De nuevo, Scariolo seguía con sus hombres menos fuertes, menos habituales. Brasil también rotaba. Parecía que nadie quería dar el paso definitivo. Ni España para certificar la victoria, ni Brasil para intentar igualar el marcador.
Último cuarto: pero uno de los dos tenía que mover ficha, y Brasil lo hizo. Remontó a España con un parcial demoledor(16-31) gracias a Barbosa, los triples de Marquinhos y, más que nada, a la extraña poca agresividad de España en el cuarto decisivo. Esto es lo que trae cola: el poco sentimiento en los últimos cinco minutos, donde Brasil ya había igualado el marcador. Después, los brasileños se distanciaron. Scariolo no pidió ni tiempo muerto, y España cometía faltas raras, protestadas casi a regañadientes. En definitiva, España se dejó ir en el último cuarto en un partido que parecía tranquilo.
Quizá sea una sensación equivocada de los aficionados a este deporte, pero España, con ese último cuarto, más las rotaciones de Scariolo, parece que la victoria no le importaba mucho. Se puede estar a favor o en contra de esto, pero los hechos son los hechos: Brasil quiso más, quiso la victoria, y quiso enfrentarse, si llega, a EEUU en las semifinales. Pero, y aquí viene la cuestión, no quiso llegar a la final. España sí, y esta era la única manera de conseguirlo. Dejándose ganar.
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