ESPAÑA RESUCITA A TIEMPO.
Una brillante segunda parte de la ÑBA fue suficiente. Rusia nos puso en complicaciones desde el primer minuto, y el partido parecía muy cuesta arriba. Los tiros no entraban y en defensa no ajustábamos. Pero, después del descanso, España resucitó: apareció un magistral José Manuel Calderón(14 puntos con 4 triples decisivos); apareció Felipe Reyes(10 puntos) y su lucha incansable; vimos a Llull muy activo, otra vez, en la defensa de los rusos; apareció el liderazgo de Pau(16 puntos y 12 rebotes), la rabia de Marc(11 puntos)... apareció en definitiva la España del espectáculo, del baloncesto. Volvió esa generación de oro, que disputará el domingo su segunda final olímpica consecutiva, tercera para el baloncesto nacional. Todo un logro al alcance de muy pocos.
Además, lloviendo más palos que en Pekín. Muchos merecidos, ya que España ha sufrido en todos sus partidos a excepción del primero contra China, y no tiene una plantilla como para sufrir tanto. Otros han superado la barrera de lo estrictamente deportivo, con ese extraño partido ante Brasil. Ahora, el plan ha funcionado. España estará en la final, posiblemente ante USA. La posibilidad de vengarse de Pekín está ahí. Luchar hasta el final es el objetivo. Visto el partido de hoy, y a la España de la segunda parte, el oro no es imposible.
Primer cuarto: quizá fueran los nervios propios de una semifinal olímpica, o simplemente que no era el día, pero lo cierto es que ambos equipos empezaron muy fallones. Demasiado. Un marcador muy bajo que trastocaba los planes de España, ya que el primer cuarto solía ser el mejor de los nuestros. Rusia jugó a verlas venir, y perdonó varias veces a España. Un cuarto para tomar contacto con el partido: 9-12 para Rusia.
Segundo cuarto: las diferencias empezaron a ampliarse. Rusia se metió en el partido, y España no lo hizo. La defensa, desastrosa, provocaba la huida de Rusia en el marcador, sin un líder claro, aunque todos estaban muy metidos en el partido, especialmente Kaun(12 puntos). España estaba como en shock, descolocada, aturdida. Los ataques no eran claros y los tiros mal decididos. Scariolo mantuvo además al quinteto inicial durante mucho tiempo en pista, sin éxito. El partido peligraba y las sensaciones eran todavía peores: 20-31 al descanso.
Tercer cuarto: la transformación de España no tardó en llegar. Los 20 puntos en dos cuartos eran imperdonables. Rudy(11 puntos) inició la remontada con un triple, al que siguió Calderón con otro. Todo había cambiado. Ahora era Rusia la que perdía los balones y no la entraban los tiros. Ahora era Kirilenko, y no Navarro, el que fallaba tiros libres. Ahora Pau Gasol metía triples, y el banquillo saltaba en cada acción. El cambio de mentalidad era evidente. Lo confirmó Calderón, inmenso, con otro triple casi sobre la bocina al final del cuarto, para empatar el partido a 46. Quedaba otro nuevo por delante, de diez minutos, para decidir el primer finalista de los JJOO de Londres.
Último cuarto: España, enarbolada, era ya otra, y atacó a Rusia sin piedad y de todas las formas posibles. Incluso con Pau fuera de pista, la pareja Marc-Felipe también hizo daño. Hoy los tapones de Ibaka no fueron necesarios, pero que nadie dude que en la final tendrá sus minutos. Como Llull y San Emeterio, ambos de diez en defensa, contra una Rusia que no encontraba oxígeno. Ni Kirilenko, en pista con cuatro faltas. La estrella rusa, siempre peligrosa, puso a su equipo a cuatro a falta de dos minutos y medio, pero cuando fue llevada a la línea de tiros libres perdió toda su efectividad: Kirilenko solo metió la mitad, un lastre mental para todo su equipo, que se quedaba sin tiempo de reacción. La remontaba española había finalizado con éxito, y así lo dejó claro Pau con un mate, diez arriba para España. El par de minutos restante solo fue aguantar la ventaja y defender los ataques de Rusia, que solo maquilló el resultado en el juego de tiros libres. Final y victoria para los de Scariolo: 67-59.
España llega así a su objetivo inicial: la final de Londres. Ahora todo lo que tenga que venir, que venga, y que lo disfrutemos. Y quién sabe, quizá el domingo nos toque el gordo, y demos la campanada. Quien sabe. Repetir la final de Pekín ya es un premio. Merecido, a pesar de todos los palos. Estos chicos están por encima de todo eso. Son historia viva. #APorElOroÑBA
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