Estaba marcado en rojo español en el calendario olímpico. Hoy era un día seguro para las medallas: la presencia de Marina Alabau y Gómez Noya, de los favoritos en sus respectivas disciplinas, junto con la final de natación sincronizada, con Carbonell y Fuentes, donde España se sabía con una medalla. Y ninguno ha defraudado, todos confirman su éxito, y otorgan a España tres medallas en un día, récord absoluto, que sumada a la ya confirmada de waterpolo femenino, suben la escala de medallas españolas a siete. Nada espectacular por
otra parte, pero ya es algo.
Además de esa medalla: dos más. Una plata de Javier Gómez Noya en el duro triatlón tras ir siempre en el grupo líder. En el tramo final, corriendo, Noya no pudo alcanzar al local Brownlee, que ganó el oro, pero sí superó al hermano pequeño de este, que fue bronce. Así Gómez Noya consigue por fin una medalla olímpica, uno de los pocos retos que le quedaban por hacer.
Y la otra plata, la confirmada de natación sincronizada, firmada por Ona Carbonell y Andrea Fuentes, que superaron a las chinas en una reñida lucha por el segundo puesto, porque el primero estaba fuera de todo alcance, debido al alto potencial de la pareja rusa, oro una vez más.
Siete medallas por tanto llevamos, tras el salto cualitativo dado hoy. Y ya van a tocar los deportes de equipo, donde se prevé que caiga algún par más, además de la ya segura del waterpolo femenino. Que así sea.
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