El Madrid estrenaba equipación: rojo fuego y casi quema. No hubo sorpresa gracias a un latigazo de di María, que dio la victoria al Madrid, y un muro llamado Pepe, que la mantuvo viva.
Porque el Madrid no ha dado una gran imagen, lejos de su potencial y calidad. Sobrepasado por momentos por un rival que jugaba su partido del año: el Zagreb hacía doce años que no disfrutaba de la máxima división continental.
Será por eso que salieron muy motivados, aplicando una presión asfixiante al Madrid, que repetía once de gala. Mourinho, hoy en el palco, parece que, de momento, no piensa en rotar.
El Zagreb discutía el control del balón a un Madrid despistado en los primeros minutos. Pero con el paso del tiempo, los de Karanka tomaron las riendas del partido, llegando a la portería del Zagreb en numerosas ocasiones. Cristiano, más generoso que otras noches, Benzema, Coentrao y de nuevo Karim al larguero dejaban constancia de la superioridad del Madrid.
Ocasiones sí había, pero de juego nada. Demasiada velocidad sin inteligencia. Correr por correr. El Madrid abusaba de las contras y las bandas. Luego llegaba a puerta y se encontraba al héroe local, Kelava, que despejaba todas. La prisa no es buena consejera.
Así, el Zagreb y su gente veían como el partido avanzaba y el empate se mantenía. El reloj empezaba a traer de cabeza al Madrid, que sentía que hoy la pelota le costaría entrar.
Y más tras la doble ocasión de di María y Özil, que se toparon con Kelava, tras una gran jugada de Benzema, que también quería protagonismo.
El Zagreb seguía sin esconderse. Era un equipo alegre impulsado por un público en masa. Por ello, llegaban a balones que el Madrid no lo hacía, y solo Pepe paraba una y otra vez a los jugadores croatas. El central portugués fue el mejor del Madrid de largo. Solo falló en una acción, donde Rukovina le ganó la espalda y estrelló el balón en Casillas, que salvaba el marcador.
Capítulo aparte para el árbitro del partido, muy desacertado en el apartado de las tarjetas. Expulsó, bien entrado el segundo tiempo, sin grandes motivos a Marcelo por doble amarilla, cosa que no sucedió con Leko, que en el minuto 40 zancadilleó a Coentrao sin ninguna opción de balón. Fue amarilla pero tendría que haber sido naranja mínimo.
La segunda parte siguió un curso parecido a la primera, pero hubo una diferencia suficiente para cambiar todo.
Di María marcaba en el 53 de un gran disparo a pase de Marcelo, que había recibido de Benzema al borde del área. Fue la única jugada pensada del Madrid, sin prisa, con pases cortos y sencillos. El argentino ya se encargó de elevar el balón para superar a Kelava.
El objetivo principal estaba logrado: marcar un gol. Pero, visto lo visto esta jornada de la Liga de Campeones, más vale sentenciar…
El Real Madrid lo intentó por activa y por pasiva. Estaba más cómodo y relajado sobre un campo que ya dominaba. Pero de nuevo Kelava desbarataba todas las ocasiones blancas.
A quince minutos del final, el partido dio un giro brusco que no llegó a completarse. El árbitro sacaba la segunda amarilla a Marcelo por fingir un penalti. Que lo hizo, sí, pero acababa de recibir la primera amarilla. Volvió a imperar el reglamento sobre el sentido común, esa eterna lucha.
El Zagreb vio una opción de sacar un punto de allí. Se vino arriba, junto con el estadio. Karanka movió ficha para asegurar un marcador que, tras diez minutos de dominio croata, se quedaba en el definitivo 0-1, dando así los valiosos tres puntos al Madrid de rojo fuego. Si no llega a ser por el latigazo de di María y el partidazo del muro Pepe, se quema.
LO MEJOR: Pepe responde a las críticas: la defensa del Madrid no había salido muy bien parada del partido contra el Getafe. Pues el central luso, junto con un trabajador Carvalho, hicieron bien las cosas y consiguieron dejar la puerta a cero.
LO PEOR: Sin sentencia no hay descanso: el Madrid debe matar estos partidos trampa de la Champions. Si no, los puntos pueden escaparse sin mucho ruido.
Nota Zagreb: 7,5
Nota Madrid: 7
Hombre del partido: Pepe(9).
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