Ni Barcelona ni Atlético de Madrid salieron entusiasmados del Calderón. El empate no era el resultado esperado para ninguno de los dos equipos.
El Atleti, por el factor local y su increíble temporada, tenía la oportunidad de oro de colocarse líder en solitario. El Barça, por su parte, debía confirmar el buen momento de sus delanteros y cortar la persecución clasificatoria del Atleti.
Pero, en frío, tanto madrileños como catalanes dan por válido el punto. Así, ambos continúan en lo más arriba de la tabla, con 50 puntos. Aunque sin duda, el gran beneficiado es el Real Madrid que de ganar en Cornellà mañana se pondría a tres puntos de indios y culés. La Liga aumentaría de emoción.
Emoción hubo en el Manzanares, esa que se notaba cuando Arda perfilaba el juego, o Diego Costa enfilaba hacia la portería de Valdés. También tensión, aquella que se palpaba cuando el Barcelona se internaba en el área. No hubo grandes acciones ofensivas, ni ocasiones claras, ni los porteros tuvieron mucho trabajo, pero la sensación de peligro-por ambos equipos-fue constante durante todo el choque.
Un partido que levantó una expectación máxima y el encuentro, en cuanto a fútbol, defraudó: se resumió en táctica y físico. Nadie encontró el premio del gol y los minutos de dominio fueron repartidos. El Atleti, más directo, y el Barcelona paciente y controlador.
El primer protagonista del duelo fue el Tata Martino, que dejaba en el banquillo a los dos pesos pesados, Messi y Neymar, en favor de Alexis y Pedro. El técnico visitante premiaba así el gran partido de ambos frente al Elche. Decisión meditada, seguro, pero discutible. Simeone, por su parte, se dejó de experimentos y alineó a su equipo de gala.
Además, los primeros minutos llevaron su indudable firma con la presión adelantada tan característica del Cholo. El Barcelona se vio sorprendido, intentaba controlar el balón pero los rojiblancos se mostraban superiores. Arda, en el minuto cinco y tras un robo, tuvo la primera ocasión de gol, pero su internada en el área quedó en nada. Piqué, especialmente cuando el Barcelona estaba peor, se mostró infranqueable.
¿Había porteros?
Los de Martino, tras el arreón del anfitrión, no tardaron en hacerse con el control del balón, y su primera ocasión llegó en el minuto 17, en un tímido tiro de Pedro que atrapó sin problemas Courtois.
El Atleti, poco a poco, cedía terreno, aunque las líneas defensivas estaban bien juntas. El respeto de un equipo hacia su rival era máximo. Los dos sabían que un pequeño error podía ser el detonante de una contra, de una ocasión clara o de un gol. La calidad de los delanteros era demasiada alta como para comprometerse en el juego. Por ello, el último pase, ese que decide el gol, no llegaba, ni por el centro ni por las bandas. Ni en ninguna de las dos áreas.
Entre el dominio del Barcelona y el peligro del Atlético a balón parado, el partido se volvió más brusco. Iniesta, especialmente, era el que más recibía. Mateu Lahoz, fiel a su estilo, puso el listón alto, y las amonestaciones tardaron en aparecer, ante el enfado del Calderón.
Antes del descanso, el Barça aumentó su control, con Pedro como hombre de referencia. El canario lo intentaba todo, pero la zaga colchonera con un destacado Filipe Luis evitaban cualquier intentona. El lateral, además, daba profundidad por su banda, pero la defensa culé también vencía ante Costa y Villa.
Tras el paso por vestuarios, el partido aumentó de revoluciones. Messi, que salió por Iniesta, facilitó otro aire al Barça, más incisivo en los metros finales y, sobre todo, más desequilibrante. No obstante, la defensa del Atleti marcaba bien el fuera de juego, de los que pecó Alexis y el propio Leo. En el otro campo, como si de una repetición se tratará, los centrales azulgranas hacían lo propio con Villa en varias ocasiones. Los balones eran más peligrosos pero el final era el mismo.
A los quince minutos, el Atleti encontró su mejor momento del partido, y acarició el gol en un minuto con dos ocasiones de Diego Costa y Villa. La primera de ellas, además, muy clara, pero la volea del brasileño la repelió Valdés.
Ante el empuje local, el Tata terminó de sacar la artillería y Neymar ingresó en el campo, dispuesto a decidir el choque. Tanto que salió revolucionado en todos los aspectos: en lo mental, discutiendo cada acción de Lahoz, y en lo deportivo, dando aún mayor velocidad a su equipo y conectando bien con Messi. Sin embargo, como el resto del equipo, en el área no se fabricaba nada. El Barcelona fallaba donde no lo suele hacer: en los metros finales.
Una cada uno
Por parte del Atleti, el peligro seguía llegando de las jugadas a balón parado, con Arda Turan como hombre objetivo. Todos los balones pasaban por él y con Diego Costa bien cubierto, el turco se echó el equipo a la espalda. Él tuvo la ocasión más clara del Atleti: el turco conectó una volea en el área grande pero el chut lo despejó Valdés, que volvió a cumplir en la meta azulgrana. Era el minuto 79.
Uno después, el Barcelona también dispuso de una gran ocasión, un tiro de Messi tras una internada del argentino en el área. Courtois reclamó su cuota de protagonismo bloqueando el esférico.
Una vez más, tras esos dos minutos locos, el partido se tranquilizo en su recta final, donde el Barcelona tuvo el control casi total del cuero, e intentó llegar a la portería colchonera enbotellando a su rival en las últimas jugadas. Sin embargo, el Atleti, aunque cansado, encontraba fuerzas entre el público del Calderón, que jaleó a los suyos en los últimos minutos. Así, los de Simeone mantuvieron el empate, que el Barcelona dio por bueno y justo.
LO MEJOR: Brillante entrada. Como no podía ser menos, el Vicente Calderón lució el mejor aspecto posible. El juego no correspondió a la actitud y la animación de los atléticos hoy presentes.
LO PEOR: Sin goles. Los que apostaron a un partido sin goles entre los dos mejores equipos de la competición se habrán llevado un buen pellizco: nadie esperaba el 0-0 y mucho menos las pocas ocasiones de gol. No pasará a la historia precisamente.
Jugador del Partido: Gerard Piqué
Seguimos como ellos, no se ha perdido nada #AplastaAtleti
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