En el otro extremo se sitúan las comunidades de País Vasco, Madrid, Navarra y Castilla y León, que en el último año han ganado un 3,1% de empleo y un 0,8% de PIB. Sin embargo, éstas acumulan un 19% de paro (13% de pérdida) y su PIB desciende en un 5% desde la crisis económica.
En una situación media se encuentran el resto de Comunidades Autónomas.
En cuanto al PIB per cápita, la crisis apenas ha cambiado el orden de comunidades: País Vasco, Madrid. Navarra y Cataluña siguen a la cabeza mientras que Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha y Murcia continúan a la cola.
La Comunidad
Valenciana, Andalucía, Castilla-La Mancha y Murcia han sido las más castigadas
por la crisis, mientras que el País Vasco, Madrid, Navarra y Castilla y León
han sido las menos perjudicadas, según ha informado hoy la Fundación de Cajas
de Ahorro (Funcas).
El último numero de
Papeles de Economía Española, editado por Funcas y dedicado a la economía de
las regiones españolas durante la crisis, asegura que existen diferencias
"considerables" entre las comunidades, lo que supone que habrá que
"priorizar" distintas oolíticas dependiendo de la situación de cada
autonomía.
El director general de
Funcas, Carlos Ocaña, ha señalado en la presentación del informe que la salida
de la crisis será diversificada y no habrá un único sector que opere como
"sector milagro para la recuperación" porque "habrá variedad de
sectores qeu tiren de la economía".
Además de las
comunidades más beneficiadas y más castigadas por la crisis, durante el segundo
trimestre de 2008 y el primer trimestre de 2013, las comunidades de Aragón,
Cataluña, La Rioja, Galicia, Extremadura, Cantabria, Asturias, Baleares y
Canarias, han sufrido un impacto intermedio.
Según el economista
Eduardo Bandrés, coordinador del último número de Papeles de Economía Aplicada,
las comunidades que han transitado mejor por el periodo de recesión, del que
"ya se ha salido", tienen "más sincronía con el conjunto" y
ha asegurado que el "factor territorial importa y explica las
diferencias".
En referencia a
Cataluña, Bandrés ha comentado que un proceso secesionista "tendría efectos
muy negativos" tanto sobre esta comunidad como sobre el resto de España,
ya que "vivimos en un mundo global y un shock de esa naturaleza tendría un
impacto económico indudable y siempre negativo".
Ha comentado que del
análisis efectuado se desprende que Cataluña, en un nivel intermedio,
"tiene un comportamiento muy parecido a la media española", entre
otras razones porque "tiene un peso importante y tiene un comportamiento
menos volátil que otras regiones".
Al respecto, Ocaña ha
dicho que hasta ahora "no se aprecia" un impacto del debate
soberanista, pero ha comentado que "la incertidumbre no ayuda", por
lo que ha considerado que convendría que "las incertidumbres" se
disiparan "cuanto antes".
Bandrés ha subrayado
que todas las comunidades se han visto inmersas en esa "dinámica
devastadora de caída del PIB o de destrucción de empleo", pero "no
todas por igual".
En este sentido, ha
especificado que una tercera parte de los españoles vive en tres comunidades:
Andalucía, Castilla-La Mancha y Comunitat Valenciana, que han perdido el 10 por
ciento del PIB, el 20 % del empleo, y la tasa de paro media está en el 33 por
ciento".
Por el contrario, ha
dicho, hay una quinta parte de los españoles, un 20 por ciento, que viven en
otras tres comunidades: País Vasco, Madrid y Navarra, que en lugar de haber
perdido un 10 por ciento del PIB, han perdido un 5; en vez de perder el 20 %
del empleo han perdido el 13 y la tasa de desempleo está en el 19 por
ciento".
Para Bandrés "no
sería justo" y "sería un error" achacar estos datos al
comportamiento de las políticas públicas de cada comunidad autónoma y ha
insistido en atribuirlo al peso que tenían las regiones en la actividad
inmobiliaria, las condiciones de partida, en relación con la dotación de
capital humano, con el nivel educativo de la población, con la tasa de paro
estructural, o el peso de su industria.
Por tanto, aunque no
son determinantes las políticas públicas, si es verdad, ha dicho, que ha habido
"diferencias territoriales" y las comunidades vivieron "el
bienio de la confusión", y pensaron que la crisis podía pasar en pocos
años y "merecía la pena endeudarse", de manera que no llevaran a cabo
medidas de ajuste, que tuvieron que tomar más tarde", a partir de 2010 o
2011.
Los autores del
informe, según Bandrés, destacan tres factores determinantes donde la crisis ha
impactado más y se refieren a un mayor dinamismo demográfico, un peso muy
fuerte en las actividades de construcción y a ciertos problemas de control de
gasto.
De cara al futuro,
Bandrés ha comentado que "las políticas públicas se van a mover en un
contexto de escasez de recursos públicos", lo que obligará a tener que
centrar los esfuerzos en el "capital físico, el capital humano, la
educación o el factor empresarial".
Fuente: La Razón
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