miércoles, 9 de abril de 2014

Atlético de Madrid 1 - Barcelona 0 Doctorado rojo y blanco

Un plan perfecto. Un final magnífico. Un sueño que continúa.


Fue EL PARTIDO. Solo podía pasar uno, y pasó el que más ilusión puso. Pasó el Atleti, que vuelve a estar entre los cuatro primeros de Europa. Le salió el partido soñado por todos y planeado por Simeone, que se encumbra como entrenador en la noche más importante del Atleti en mucho tiempo. Cholismo en estado puro, los colchoneros se basaron en un apoteósico inicio, con un gol y tres palos en menos de veinte minutos. Después, el Barça tuvo sus ocasiones, pero sin suerte ni pegada.
No era el día: nadie iba a fastidiar la Noche Atleti. La noche del Doctorado rojo y blanco. El Atleti está de vuelta. El Calderón sueña y Neptuno, mientras tanto, espera paciente. Espera, como un mandamiento indio, partido a partido.


No hubo sorpresas en los onces iniciales: el Tata Martino jugaba con Cesc de falso nueve, y con Neymar en Messi en bandas, dejando libertad a Iniesta, que jugaba en el medio. Simeone, por su parte, alineó a Adrián y Villa ante las bajas de Diego Costa y Arda. Su plan: buscar velocidad y espacios en ataque. Le salió perfecto.

Un inicio arrollador.
 Todos sabían de la presión y el genial hacer del Atleti esta temporada, pero nadie se esperaba una salida tan animal, tan bestial. Contagiados por un Calderón revestido como nunca antes, los del Cholo salieron a morder, a atacar y sin ningún complejo en juego. A no dejar respirar al Barça que se vió, en unos segundos, secuestrado por los jugadores rojiblancos. Por momentos parecía que el Atleti había traído un 4-0 del Camp Nou. Qué manera de atacar.
Era evidente que el gol estaba al caer. Lo pedía el Calderón y lo intuyó Adrián, que mandó el balón al palo, rebotó y llegó a Villa. Éste centró y Adrián, de nuevo, se impulsó sobre Mascherano para dejar solo a Koke, que la reventó. Era el minuto cinco, tan solo. Eurofia en las gradas, en el banquillo local y desconcierto general entre los jugadores azulgranas. No era el guión esperado.
Y no cambió durante los minutos siguientes. Es más, el Atleti continuaba hambriento: presionaba la salida del Barcelona, que nunca antes se había visto en algo parecido. Hasta Pinto llegaban los colchoneros, que se vió en algún que otro problema con los pies.
Solo la suerte estuvo del lado azulgrana. Ésta provocó que hasta dos ocasiones más del Atleti se toparan con los dos palos que quedaban de la portería de Pinto. Fueron dos tiros de un inmenso Villa, que ganaba todos los balones a una defensa culé muy lenta y descolocada.

Iniesta recupera el control.
Llegó el minuto 20 y comenzó la tregua: el Atleti había practicado un juego sobrenatural, sin embargo, el único "pero" era que había perdonado más de lo debido. Tanto que la eliminatoria podía estar ya resuelta.
A partir del minuto 20 el Barcelona se hizo dueño del balón, y le dio al partido el ritmo que quiso: más lento y sosegado, con Iniesta como comandante. El albaceteño cogía protagonismo y con él, el Barcelona cambiaba de cara.
Aun así, las ocasiones azulgranas escasearon: solo dos remates de Messi (uno un cabezazo que pasó muy cerca del poste) y alguna intentona de Neymar, que, al menos, se mostraba participativo.
El Atleti aceptó el dominio del Barça a regañadientes, ya que siguió presionando desde el medio campo y mandando balones largos a Adrián, un peligro cada vez que atacaba. Otro más.
Pero para desgracia azulgrana, el descanso llegó en su mejor momento, cuando acechaba la meta de Courtois, que no tuvo que intervenir.

El Barça busca el gol.
Fue justo al empezar la segunda parte cuando el meta local sacó una mano milagrosa en la carrera de Neymar hacia el gol. El Barça había cambiado los papeles con el Atleti, y ahora eran ellos los que atacaban y daban una sensación de peligro constante, siendo los otros los 'enbotellados' en el área. Éstos, al menos durante los primeros minutos de la segunda parte, parecían notar el cansacio físico provocado en la primera mitad.
Sin embargo, ante los malos minutos colchoneros, el Calderón respondía con gritos unánimes de ánimo. Su afición es una de las señas de identidad del club madrileño y hoy, como no podía ser de otra forma, no falló en una noche tan importante.
En el campo, cuando se cumplía una hora de juego, Xavi tuvo en su cabeza el empate, pero el balón no encontró puerta.
Por su parte, Simeone empezaba con los cambios: Diego sustituía a Adrián, que respondió con creces a la confianza de su entrenador. El Cholo buscaba así un mayor control en el medio campo, al tiempo que miminizaba como podía la fatiga de los suyos.

Peligrosos contragolpes rojiblancos.
La velocidad, por tanto, no era la misma que en los primeros 45 minutos, pero la ilusión se mantenía intacta. Esa que sacó Raúl García para llegar al área azulgrana y rematar ante Pinto, que bloqueó bien y alejó el 2-0.
Minutos después, en el 70, nuevo arreón colchonero gracias a varios contragolpes de vértigo. En el primero de ellos, Gabi tuvo una clarísima ocasión que pifió con un mal remate, atajado por Pinto.
A continuación, Villa tuvo otra, que acabo en anda. Martino resoplaba en la banda. No era para menos: el Barcelona seguía con opciones de clasificación. Esa era su mejor noticia, y a ella se agarraba.
Lo peor: el tiempo, solo 15 minutos por delante. En ellos, ni el Atleti se descompuso ni el Barça se puso nervioso. Todo un duelo, mental y físico, que tocaba a su fin.
 Los madrileños se mostraban tremendamente seguros en defensa, especialmente con Messi, que cada vez que encaraba se encontraba hasta tres jugadores encima. Los de Simeone eran también superiores por alto, y negaban el último pase al Barça, que no encontraba la claridad habitual en los últimos metros. Solo a cuantagotas creaba verdadero peligro, como un cabezazo de Neymar que rozó el palo derecho de Courtois.
En ataque, lo poco que le quedaba, el Atleti no eligió malas opciones en las últimas ráfagas ofensivas, al tiempo que Pinto se crecía bajo palos, rechazando otro contragolpe del cebolla Rodríguez, que había sustituido a un Villa que se dejó y dio el resto en ataque.

Tal fue el partidazo del Atleti que el encuentro murió en ataques rojiblancos.
Pitó Webb y el Barcelona consumó el "fracaso" que había anunciado Martino si no pasaban a las semifinales.
Pitó Webb y explotó de alegría el Calderón, que verá la bola de su equipo en el sorteo del viernes junto con Real Madrid, Chelsea y Bayern. Y cada vez que mira la clasificación, ve a su equipo en lo más alto. Lo bueno aún no parece haber llegado.

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