martes, 18 de septiembre de 2012

Real Madrid 3- Manchester City 2. "FINAL FELIZ"

Corre el minuto 90 de partido. El triste Cristiano, ya cansado pero con la ilusión intacta, observa la portería y ve hueco para lanzar. El balón sorprende a Hart y acaba dentro. El Madrid acaba de ganar el partido. El triste acaba de  hacer feliz a miles de madridistas. Lo celebra. No es para menos.
Su equipo, el Real Madrid, sale reforzado en la noche de hoy. Además, de dos maneras distintas: con la victoria, los tres puntos tan importantes ante el rival más directo del grupo, dejando atrás la derrota frente al Sevilla; y con la recuperación de la sintonía con el Bernabéu. Hoy se ha visto a un Madrid comprometido al principio, dominador más tarde, sufridor después y pletóricamente vencedor al final.
Todo ello ante un rival durísimo, que planteó el partido a la defensiva. Mancini dejaba al Kun en el banquillo, a Balotelli en la grada, y colocaba el muro detrás comandado por Javí Martínez. Solo a base de contras y a balón parado, el City encontró su premio, y estuvo a punto de irse del Bernabéu con el máximo éxito bajo el brazo. No hubiera sido justo, y hoy el fútbol quiso serlo.



Revolución Mourinho.
Mourinho también jugó con planteamiento defensivo. Bajo esa táctica, un conato de revolución. No tanto en el número, si no más bien en la forma. El técnico portugués señaló a Ramos como principal responsable del mal momento del equipo. Él y Özil empezaron desde el banco, en beneplácito de Essien y Varane. El Madrid salía por tanto con doble pivote, Xabi-Essien, con Khedira adelantado, imitando su posición con la selección. Atrás, esa única sorpresa de Varane, y arriba, Cristiano, Di María e Higuaín.
Un once que dominó al Manchester City buena parte del partido. El Madrid tocaba con Xabi de eje, abriendo a las bandas. No obstante, al llegar a posiciones claras, los blancos se mostraban muy previsibles, especialmente Cristiano. O tiros desde fuera del área, o balones colgados. Muchos, pero similares. A eso se unió el buen partido del portero visitante, Hart, que mantuvo al City en el partido.
Y en varios momentos, ya que las ocasiones del Madrid se sucedían. La primera, en el minuto ocho, fue seguramente la más clara. Cristiano regateó a un defensor y cruzó el balón, pero Hart sacó una mano prodigiosa. El Madrid avisaba de que no iba a permitir ser dominado por el City, y mucho menos en el Bernabéu, casi completo.
Tras alguna que otra nueva ocasión del Madrid, el gol pudo llegar en el minuto 20, con una triple ocasión blanca. Sin embargo, ni Higuaín, ni Cristiano, ni Khedira acertaron con la portería. El Madrid olía el gol y cada vez embotellaba más al City en su área.
Los ingleses resumían sus ataques en contragolpes, siempre conducidos por la fuerza de Yaya Toure, o por la sutileza de Silva. No obstante, en esta primera parte Casillas no tocó balón. Además, al Manchester City se le juntó otra mala noticia: Nasri caía lesionado, entrando Kolarov, que se las tuvo que ver con Arbeloa. El español ganó todas, y se permitió subir al ataque en varias ocasiones. Partidazo del canterano madridista.
Una ocasión de Álvaro, precisamente, y otra del incansable Di María, significaron el final de una primera parte de color blanco, pero con poco acierto en los metros finales. Los cambios de la segunda mitad se consideraban vitales, y así fueron.

El inicio del segundo acto fue frío, siguiendo los intereses del City, que intuía que mucho más no iba a aguantar. El partido se relajó, y el Madrid empezó a preocuparse. Arriba seguían los mismos prototipos que en la primera parte: buenas triangulaciones acabadas en malas definiciones.
Solo un hombre, Marcelo, le daba salsa al asunto. El brasileño empezó a sumarse al ataque, quedándose esta vez Arbeloa retrasado. El experimento funcionó: Marcelo ayudó en banda a Cristiano, además de producir varias ocasiones claras. El primer aviso, en el 59, aunque su zurdazo se marchó a pocos centímetros de la escuadra izquierda de Hart.
Diez minutos después, el lateral volvió a probar fortuna, con idéntico resultado. Entre tanto, ovación del Bernabéu a Silva, y movimientos de Mourinho en su sistema inicial: Özil al campo en el 67.

Dzeko inaugura el festival goleador.
Pocos aficionados se podían imaginar lo que podía pasar a partir de ese minuto. Menos aún los que pronosticaban que el Madrid se adelantaría en el marcador. Porque no fue así. El fútbol, injusto tantas veces, permitió al City adelantarse en el marcador en el 68, por medio de Dzeko, que definió con sangre fría una contra encabezada por Toure Yaya, el mejor de los ingleses hoy.
Los visitantes se ponían por delante. Caía el jarro de agua fría en el Bernabéu, primero de los dos que llegarían esa noche.
Tras el gol, Mourinho reaccionó, ingresando al campo a Modric y Benzemá. Más mordiente arriba, un esquema más típico, el esperado. El Madrid fue mejor con ese sistema, pero tardó algo en hacerlo patente, y casi lo paga muy caro: el City tuvo dos ocasiones muy claras: Casillas salvó en una y Toure perdonó en la otra.
El que no falló fue Marcelo, que a su tercer disparo encontró el ansiado gol. Un golazo que volvía a dejar el partido donde antes.
El encuentro parecía evocado a más. Las ocasiones se sucedían sin cesar: Zabaleta fallaba casi a puerta vacía, y Modric y Xabi buscaban a Hart sin éxito. Todo a diez minutos del final. Ni el Madrid, superior, ni el City, que veía la ocasión perfecta para ganar en el Bernabéu, querían empatar el partido.
Así con esas, Kolarov parecía que dejaba la abalanza definida con su gol a balón parado. Un nuevo error del Madrid en esa faceta: el balón no lo tocó nadie y sorprendió a Casillas, poco fino. 1-2 a 5 minutos del final. Mourinho y compañía ya se oían bronca asegurada.

Dos goles para la historia.
Si algo nunca pierde el Real Madrid es la lucha por la victoria hasta el último segundo. Hoy tampoco. Primero Benzemá, en el 86, con un derechazo increíble tras giro que se coló rozando el palo, gol de killer; y cuatro minutos después Cristiano, con ese gol ya mencionado. El Madrid culminaba así una remontada épica, por forma y tiempo. 
El Madrid ganaba así un partido donde fue superior a todo un Manchester City. El Madrid vuelve a convencer así que hay equipo. Mourinho también se ha convencido. Es estas noches de Champions que transforman a un equipo. 

LO MEJOR: ¡Vaya final!. Increíble acabado del partido. Todos los goles en la segunda mitad, tres de ellos en los últimos ocho minutos. De locos. De fútbol en estado puro.

LO PEOR: Planteamientos dañinos: tanto Mourinho como Mancini jugaron a la defensiva, como si de una batalla de ajedrez tratara. Y no era así, el partido podía haber dado mucho más de si con los jugones en el campo desde el principio. Y si no, solo hay que ver el final del partido.

Nota Madrid: 8
Nota City: 7
Hombre del partido: Marcelo(8,5)

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