Por historia, Real Madrid es sinónimo de victoria. Puede conseguirla jugando muy bien, o hacerlo simplemente por ser mejor que su rival, echado hacia atrás en muchos ejemplos. Hoy sucedió lo segundo: el Madrid venció al Granada sin pena ni gloria. En dos minutos sentenció una primera parte que ya llevaba encarrilada, aunque fue en esos primeros 45 minutos donde más guerra dio el Granada, sostenido por 5.000 fieles en las gradas del Bernabéu.
Había interés en saber con que once salía Mourinho tras el mal partido de Copa ante el Málaga. Y hubo cambios. El más importante: Benzema e Higuaín salían juntos, junto con Varane y Özil en punta.
En todo momento, el Madrid fue el dueño y señor del balón, aunque el Granada, muy bien colocado defensivamente, no ponía las cosas fáciles. Pero el Madrid, paso a paso, fue invadiendo el campo del Granada y el gol llegaría antes o después. Su autor fue Benzema, hombre del partido, que recogió un medio pase medio fallo de Özil tras jugada con Cristiano. El gato abría así el partido y el marcador, dejando claro su gran momento de forma. Luego se lesionó, y aun está por saber las consecuencias, pero Benzema no llevaba buena cara. Lástima.
Tras el gol del Madrid, el Granada ni mucho menos se escondió. Jugó sus mejores minutos en ese tiempo, premiados con un gol de cabeza de Mikel Rico tres minutos después del gol de Benzema. El marcador era de nuevo de empate, y comenzaron así los murmullos tan característicos del Bernabéu, destinados casi todos a Cristiano Ronaldo, fuera del partido y obsesionado con las florituras. Es la otra imagen del astro portugués.
De imagen no podía presumir el Madrid, atascado por momentos ante la defensa del Granada, que cuando se atrevía a subir, lo hacía con mucho oficio. En una ocasión, Mikel Rico pudo hacer el doblete y poner por delante a su equipo, pero su tiro fue bien rechazado por Casillas, muy atento.
Minutos después, en la recta final de la primera mitad, el Madrid volvía a coger ventaja gracias al gol de Ramos, de cabeza a la salida de un córner. Un gol en el peor momento de juego del Madrid, que mejoró a partir de ahí, gracias en gran parte a las acciones de Benzema, el más activo y enchufado, aunque Roberto, muy seguro, lo rechazaba todo.