El primer ministro turco Recep Erdogan cumplió su promesa de "arrancar de raíz" Twitter de Turquía. Desde la pasada medianoche, ningún ciudadano turco puede acceder a dicha red social, tras el bloqueo general de la Dirreción de Telecomunicaciones de Turquía, que se excusa en el desoye del medio social ante varias órdenes judiciales turcas para eliminar algunos enlaces considerados ilegales.
La mayoría de ellos hacían referencia a la corrupción del Gobierno, al descubierto gracias a Twitter. Ésto cabreo a Erdogan y ha supuesto un bloqueo indeterminado al pájaro azul: "limpiaremos Twitter, no me importa lo que diga la comunidad internacional al respecto".

Ésta, por su parte, ya se ha pronunciado: Neelie Kroes, comisaria de la Agenda Digital de la UE, ha calificado la decisión turca de "inútil, infundada y cobarde" al tiempo que expresa que "la población turca lo verán como censura, y lo es".
Jen Psakis, portavoz del Departamento de Estado de EEUU, está "muy preocupado por cualquier indicio de cierre de las redes sociales. La diversidad de voces y de opiniones públicas refuerza la democracia.
Por otro lado, la oposición turca llevará a los tribunales esta medida con el fin de restaurar Twitter por completo.
Turquía se suma a la lista de países en dónde se prohíbe o restringe el uso de redes sociales como Corea del Norte, China, Arabia Saudí, Irán y Rusia.
Erdogan pone el punto de mira ahora en otras plataformas como Facebook o YouTube, a las que también amenaza con una prohibición total.