El Real Madrid sigue invicto en la fase de grupos de la Champions League. Hoy venció a la Juventus de Turín en el Bernabéu tras una primera mitad muy entretenida, en la que se marcaron los tres goles (doblete de Cristiano Ronaldo y tanto de Llorente).
En la segunda, con uno más, los de Ancelotti no mataron el partido, pero sí controlaron cualquier acción ofensiva de los italianos, incapaces de llegar con claridad a la portería de Casillas. Ancelotti probó con Bale, Di María y Cristiano para el Clásico del sábado.
El encuentro comenzó a un ritmo muy alto: ambos equipos querían el balón y presionaban al rival para conseguirlo. Así, el centro del campo no existía, y las ocasiones no tardaban en aparecer.
La primera la tuvo la Juventus por medio de Marchisio, que rechazó bien Casillas. El equipo italiano mordía pero el Madrid no se descompuso.
Cristiano no pierde el tiempo
Ancelotti había dejado en el banquillo a Bale, con Di María una vez más en el once titular. El argentino se lo agradeció con una gran asistencia en el primer gol blanco, que llegó en el minuto cuatro. Cristiano, omnipresente en todo el campo, recogió el pase, amagó, dribló a Buffon y marcó con poco ángulo. Todo con una tranquilidad pasmosa. De crack.
El gol no cambió la tendencia del partido. La Juventus siguió practicando un juego férreo, astuto y valiente, con presión elevada y constante. El Madrid era dueño del balón, pero le costaba llegar con claridad a la meta visitante.
A la Juve algo menos: los italianos tuvieron tres ocasiones en poco más de cinco minutos, dos de Tevez y una de Cáceres. Ninguna encontró puerta.
Sin embargo, en el minuto 21, un rechace de Llorente sí terminó en gol. El ex del Athletic recogía el balón tras una parada de Casillas a tiro de Pogba, que estaba completamente solo. Fernando no perdonó el error defensivo, y puso las tablas en el marcador del Bernabéu. Justas, además.
No obstante, poco le duró la alegría al equipo italiano. Cinco minutos después del gol de Llorente, Chiellini cometía un claro penalti sobre Ramos que Cristiano, como no, se encargaba de transformar, celebrándolo con rabia. El Madrid había conseguido sobreponerse a los mejores minutos de la Juve.
Los últimos minutos de la primera mitad siguieron el mismo rumbo: partido sin tregua, con ocasiones para los dos equipos. Tuvieron dos cada equipo, aunque fue el Madrid el que más cerca estuvo del gol. Los blancos pudieron hacer el tercero en un contragolpe, pero Ronaldo falló en el envío final a Benzema, hoy titular.
La Juve, con diez
Todo parecía indicar que la segunda mitad sería igual de apasionada que la primera, pero una acción en el primer minuto cambiaría la tónica hasta el momento. Chiellini veía la roja por un leve codazo a Cristiano Ronaldo. La Juventus se quedaba con diez nada más empezar el segundo tiempo. Conte movió fichas: Llorente se machaba, entre aplausos, y entraba Bonucci para recomponer la zaga italiana.
A partir de ahí, el partido decreció en intensidad, que no en emoción. El Madrid no supo matar el partido en toda la segunda parte, por lo que las opciones para la Juventus seguían existiendo. Ancelotti, por su parte, experimentaba nuevos esquemas para el Clásico del sábado.
Las ocasiones también escaseaban. El Madrid aguantaba el balón temeroso de un error, pero al mismo tiempo, se mostraba seguro en defensa. La Juventus estaba a solo un gol del empate, pero no lo parecía: Pepe y Ramos estaban intratables.
El público también jugaba un papel importante. Había estado muy activo en la primera mitad, pero tras el bocadillo, se mostró más frío. Solo una clarísima ocasión fallada por Benzema en la línea de gol volvió a activar al respetable, que pitó al francés. Lo habitual.
Entre tanto, la escuadra italiana buscaba el gol sin tener el balón. Vidal era su jugador más activo y a la vez más revolucionado. Optó por el juego duro, a veces fuera de la legalidad, a pesar de tener una amarilla desde la primera parte. El árbitro no quería problemas añadidos.
Tras los cambios del Madrid-Bale por Benzema e Isco por Illaramendi-, Khedira-uno de los más destacados- tuvo una gran ocasión para hacer el 3-1, pero Buffon adivinó su vaselina.
Con los recambios, Bale jugaba por la derecha, con Di María a la izquierda y Cristiano en punta. Carleto pensaba en el sábado con el resultado aún por decidir. Le terminó saliendo bien.
Parte de culpa la tuvo Pepe, que anulaba cualquier intentona italiana de llegar a la meta de Iker. El portugués robó un balón a Giovinco cuando éste se plantaba solo delante del cancerbero a seis minutos del final. Respiró el Bernabéu.
En los últimos minutos el protagonista fue Morata, que había entrado por Di María. El canterano se llevo la ovación de la noche nada más salir, al luchar un balón sin dueño que terminó blocando Buffon.
Tal era el control del Madrid que el partido murió en un corner blanco.
El Madrid deja encarrilado el primer puesto del grupo, y mira ya el determinante partido del sábado ante el Barcelona. Ancelotti sigue sin tener una alineación decidida, y pocas conclusiones puede sacar del partido de hoy. Salvo que Cristiano llega muy afinado al Clásico. Y no es poco
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