No pudo ser. Faltó un gol para conseguir la ansiada remontada, aquella que se dibujó en la previa y pareció continuar en los minutos finales.
Faltó un solo tanto tras un partido donde el Real Madrid gozó de multiples ocasiones, sobretodo en la primera mitad. Enfrente, un Borussia Dortmund frío ante el atronador ambiente, calculador y muy pausado.
El Madrid no podía plantear el partido de la misma manera. El Bernabéu vestido para las grandes galas lo prohibía, y obligaba a un juego rápido, intenso y efectivo. Pero de los tres factores el primero no se cumplió, al menos en su totalidad. El Madrid necesitaba tres goles y se quedó en dos . La Décima, un año más, tendrá que esperar.