El náufrago, que solo habla español, ha relatado que se llama José Ivan, es mexicano y partió de su país dirección El Salvador en septiembre de 2012 junto con un compañero que no sobrevivió. Así, habría recorrido más de 12.000 km.
El hombre, extremadamente delgado, de largos cabellos, poblada barba y vestido con ropa interior usada, navegaba en un barco con motores, sin hélices y sin utensilios de pesca, por lo que se cree que el hombre tuvo que atrapar sus presas (tortugas, aves y pescado) con sus propias manos.
A su llegada al atolón se encontró una tortuga en el barco, de la que José Ivan bebía su sangre cuando no llovía.
El hombre "no se encuentra en buen estado" pero no se teme por su vida.