Un triple de Marc Gasol para jugarse el pase a la final. La crónica podría terminar aquí.
Fue la última jugada del partido que define los ataques de la selección española en la prórroga, en el tiempo importante, donde cualquier detalle te puede meter en la final...o echarte de vuelta a casa.
España cometió innumerables errores en el tiempo extra. Todos ataques precipitados, errados e incluso no terminados. Francia supo defender mejor cuando el premio era mayor. Llevó el partido hacia su típica contundencia física. España se arrugó ante su defensa. Nadie se atrevía a tirar, no existía un líder claro.
Una paradoja de lo que ha sido este Eurobasket: los de Orenga-futuro incierto ahora para él-no ganaron ningún partido apretado. Francia confirmó las críticas y las dudas. Los de Tony Parker (32 puntos hoy) jugarán la final el domingo ante Lituania.
Y eso que España disputó una primera mitad a la altura de las circunstancias. Desde el primer minuto, la selección supo correr, atacar la arcaica defensa francesa y defender con inteligencia. Incluso enamoró con varias jugadas espectaculares.
Solo el genio Parker se defendía frente al juego español. De los 20 puntos que anotó su equipo al descanso, 14 llevaban su firma. Quizá con una mejor defensa ante Tony, España se hubiera llevado el partido.
Es más, en el primer tiempo, los ocho primeros puntos de Francia eran suyos. Su selección lograba estabilizar el buen arranque español, con Marc Gasol (19 puntos) como figura importante (18-14 min 10).
Pero realmente fue en el segundo cuarto donde la selección disfrutó e hizo disfrutar con su baloncesto. La conexión Sergio-Rudy dejó varias jugadas para la hemeroteca. Eran las guindas a un pastel que parecía coger forma. Incluso desde el banquillo, con Llull y San Emeterio, España sumaba desde todas las posiciones.
Más brillante era el ataque cuánto mejor defensa había. Sabiendo que la estrella era Parker, todos los balones acababan en él. Francia era previsible, y España lo aprovechó centrando los esfuerzos y ayudas defensivas contra el base de los Suns.
Así, los de Orenga dejaron a Francia en seis puntos en el segundo cuarto, lo que dio paso a la frustración francesa, a las faltas antideportivas, a la tensión entre los dos equipos. El partido se las traía, ya de largo, y éste era el examen definitivo.
El combate-deportivo-tomaba color rojo: España se iba +14 al descanso, tras el perfecto segundo cuarto (34-20 min 20).
Los comentarios al descanso pasaban del "qué bien está jugando España" al "cuidado con Francia". Numerosos estos últimos, ya que España no había terminado de sentenciar a sus vecinos del norte. Y quién avisa...
Como si de otro partido se tratará, Francia salió a jugarlo con energía renovada. España debía estar avisada de la posible remontada, de que los franceses no se rinden nunca, de su épica, de la importancia de Parker en los minutos clave. Tantos avisos que la selección dejó de jugar como sabe, y planteó sus ataques de forma lenta, previsible. España fue la Francia de la primera mitad.
Papeles cambiados, ahora era Francia la que atinaba desde el triple. Tanto Diaw como Batum y Gelabale lo confirmaban.
Los de Collet se acercaron peligrosamente en el marcador. Además, de manera abrupta, veloz, sin reacción española (35-29 min 24).
Ante el atasco español, salió el capitán al estrado de manera magistral. Rudy levantó a España cuando peor estaba, con siete puntos consecutivos (42-33 min 27), pero Francia, con Parker de nuevo en pista, ya estaba metida en el partido. El 49-43 al final del tercer cuarto lo dejaba claro.
Metida, viva y explosiva: De Colo inauguraba el periodo decisivo con un triple, acercando a su selección a solo tres puntos. No obstante, Sergio Rodríguez y Rudy Fernández volvían a demandar, como dúo, su cuota de protagonismo. La selección se aferraba a ellos para mantenerse despierta, preparada para los últimos minutos.
Francia también: un triple de Parker colocaba a los suyos por delante en el marcador. Era la primera vez que sucedía, y pasaba a dos minutos del final (63-64 min 38). El partido estaba abocado a un final apretado, de esos que cada punto vale por tres y cada defensa por cuatro.
Sin embargo, ambos equipos debieron empatar a dicha ponderación, porque el marcador solo se movió a base de tiros libres. Pocos además, ya que el último minuto transcurrió muy rápido: Sergio Rodríguez fallaba una bandeja; Gasol para a Diaw; Parker tapona a Rudy; Calderón falla el triple decisivo y el palmeo de Claver no acaba de entrar. Un final no apto para cardíacos. Una prórroga peligrosa.
Respeto daba Parker en una prórroga. Su presencia convalidaba las ausencias por faltas de Gelabale primero y Diaw después. La selección francesa afrontó el periodo extra sin dos hombres importantes, pero con una confianza (y ganas de revancha) en los que sí estaban que no tenía España, donde todo eran inseguridades. Solo Sergio Rodríguez se atrevía a tirar, fallando o anotando antes.
Aun así, hasta el propio Chacho pecó de precipitación y pocas ideas. Mucho bloqueo y continuación, pero las jugadas acababan ahí. O peor, con triples que no tocaban ni tablero. Jugadores como Claver evidenciaron la presión que sufría España, desde un principio favorita para ganar el oro.
Así, Francia, más suelta, provocaba indecisión en el ataque español con su férrea defensa, que llegó a agotar hasta tres posesiones de España. Y además, el buen hacer defensivo era premiado en ataque con una ristra de tiros libres sin fallo. Parker (8/9) y un importante Diot (4/4) no fallaron en sus lanzamientos. Ni un 2+1 del Chacho les puso nerviosos.
Pese a todo, España llegó con opciones a una última posesión, que acabó como acabó: con el pívot jugándose un triple muy forzado. Sin pizarra de Orenga, un partido más.
El banquillo de Francia estalló de alegría: 72-75 final.
Así, un Eurobasket que termina para la selección española. Al menos, el objetivo por el que se había venido a Eslovenia: llevarse el oro. El bronce, no queda otra, habrá que jugárselo el domingo frente a Croacia.
Después, viene año de Mundial en España, donde se espera que jugadores como Pau Gasol, Navarro (cuánto le hemos echado de menos hoy en los últimos minutos), e Ibaka vuelvan a una plantilla que se va de Eslovenia con la sensación de que se recogen lo sembrado durante todo el torneo.
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