Los aficionados azulgranas pueden estar-y seguro que lo están- muy
ilusionados por la temporada que comienza. La ilusión que da tener una
plantilla como la que disfruta el Barcelona este año. Hoy, en la
semifinal de la Supercopa Endesa, el equipo de Xavi Pascual no tuvo
rival: el Baskonia se vio claramente superado por los catalanes, que
presentó grandes acciones defensivas y un amplio repertorio anotador, tanto desde el cinco inicial como desde el banquillo, fruto de la naturaleza de sus jugadores, tan variados uno de otros.
Así, Oleson (11 puntos, 16 de valoración)y Abrines (16 puntos, 15 de valoración) se encargaron de la anotación exterior; Doellman (9 puntos, 11 de valoración) fue un bastión en la pintura; Satoransky (15 puntos, 20 de valoración) hacía de todo; y Navarro (14 puntos, 11 de valoración). También tuvo sus minutos mágicos el capitán azulgrana, los precisos para sentenciar el choque mediado el tercer cuarto.
En el renovado Baskonia destacaron los mejores del año pasado, San Emeterio (11 puntos, 20 de valoración) y Heurtel (17 puntos, 22 de valoración). Viendo los números, no es de extrañar el demoledor 56-114 en valoración a favor de los azulgrana.
El Barcelona demostró desde el inicio su superioridad ante un Laboral Kutxa sorprendido por un lado y muy verde aún por otro. Tiene trabajo Mario Crespi en las próximas semanas para hacer del Baskonia un equipo de altos objetivos.
Xavi Pascual, sin embargo, lo tiene algo más fácil. La conjunción como equipo es total. Hoy, todos aportaron, con especial mención para Oleson y Abrines, que martillearon al Baskonia desde el triple.
Fue primero el de Alaska el que lideró el ataque azulgrana, que se basó, principalmente, en un completo registro de esquemas defensivos. El Barça ganaba desde la defensa, y el Laboral Kutxa no encontró la primera canasta hasta la mitad del primer cuarto.
Para entonces, Doellman ya había demostrado su talento en la pintura, y Oleson era indefendible. Entre ambos, lograron superar las barrera de los diez puntos (4-15 min 7), a los que sumó Alex Abrines con tres triples consecutivos. En el equipo de Vitoria solo respondía Heurtel, y a cuentagotas: 16-31 al final del primer periodo.
En el segundo el guión varió poco. Bien es cierto que el Baskonia se esforzó algo más en defensa, pero la inmenso repertorio ofensivo del Barça le superaba. Satoransky, y - desde el banquillo- Pleiss o Huertas mantenían la cómoda diferencia a favor de los suyos. En el bando rival, solo las penetraciones de Johnson y la inteligencia de San Emeterio destacaban. Los de Crespi solo ganaban en faltas personales. Por lo demás, solo había que atender al marcador al descanso: 29-49.
El tercer cuarto tuvo nombre y apellidos: Juan Carlos Navarro. El capitán azulgrana se encargó de sentenciar el choque con tres triples consecutivos, a cuál más difícil. El Barça ponía así una distancia prácticamente irremontable (41-68 min 28).
A partir de ahí, el partido no tuvo historia, aunque Heurtel se empezaba en reducir diferencias (46-71 min 30).
En los últimos diez minutos, lejos de acercarse, la brecha seguía aumentando, y el Barça que no dejaba de gustarse en ataque: Tomic, Satoransky, Hezonja, Lampe...todos marcaban. Solo Thomas se quedó sin anotar. Él, su actuación (único jugador azulgrana en negativo) fue la única mala noticia para Pascual. Debe coger confianza.
El Barça acabó con la máxima justo al final del partido (66-95) y ya se cita con el Real Madrid en la final de mañana (19:00). A todas luces, un partidazo para no perdérselo.
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