Aunque, todo hay que decirlo, ante una débil Alemania, huérfana de su gran estrella, Dirk Nowitzki, que solo aguantó en los primeros minutos de partido.
Después, España se dedicó a aumentar la diferencia en el marcador, con un juego vistoso y fácil, ayudado también por la defensa, inexistente, de los alemanes.
En definitiva, test superado por la selección, que evidencia mejores sensaciones que las del primer partido. La duda, razonable en tiempos de preparación, es saber si el equipo de Orenga mantendrá este nivel ante selecciones más fuertes.
En cuanto a nombres propios, Sergio Llull fue el jugador más destacado de la selección, con 18 puntos, 5/6 en triples y 21 de valoración, seguido de Marc Gasol (16 puntos, 18 de valoración). En el equipo germano sobresalió, únicamente, Heiko Schaffartzik, con 14 puntos.
El seleccionador espaol introdujo importantes cambios en el quinteto inicial con respecto al del primer partido. Llull y Sergio Rodriguez acompañaban a Rudy, Claver y Marc y entraban en el cinco en detrimento de Calderón y Ricky
España, con ese esquema, mejoró con respecto al partido frente a Polonia, especialmente en apartados defensivos. Salvo Schaffartzik, la selección supo mantener a raya a Alemania, que abusó del tiro exterior y perdió la batalla bajo los aros, ante una España inmensamente superior en el apartado reboteador.
Aun así, el equipo alemán aguantó la buena salida de España, con triple tempranero de Llull incluido, y llegó a empatar el marcador (7-7 min 5).
Sin embargo, a partir de ahí los chicos de Orenga entraron en el partido, con un incisivo Marc Gasol, que provocaba hasta tres personales en los pivots germanos.
La selección sumaba así desde la personal, y pronto empezaron a entrar los triples: hasta cuatro jugadores anotaron en la primera mitad.
Por ello, ya al final del primer cuarto España disfrutaba de una cómoda ventaja: 17-9.
Durante el segundo cuarto, más de lo mismo: alto ritmo anotador y buena actitud defensiva, que hacían que la ventaja no hiciera más que aumentar (27-14 min 16).
De jugadores, Claver fue la sensación del cuarto, con seis puntos y cinco rebotes. Orenga también mantuvo en pista durante un mayor tiempo que en el primer partido a dos de los nuevos: Aguilar y Gabriel, que incluso llegaron a jugar juntos.
La selección se fue al descanso con un triple de Sergio Rodríguez, que casi sentenciaba a Alemania (38-20)
La sentencia definitiva llegaría al empezar el tercer cuarto, minutos en los que España, lejos de relajarse, consiguió un parcial de 11-0, con dos triples incluidos de Aguilar y Llull (49-20 min 23).
Los siguientes minutos evidenciaron dos cosas: una Alemania que ya había bajado los brazos, desnuda en defensa, y una España que disfrutaba en cada acción de Llull, Rudy, Ricky y compañia. Con ellos, el público de La Coruña, que abarrotaba el pabellón Coliseum de A Coruña.
De Alemania no había noticias: además de la falta de anotación, España era muy superior y también destacaba en defensa, con Marc imponente en la pintura.
El resultado al final del tercer periodo lo decía todo: +27 para los nuestros, 63-36.
Y, evidentemente, en los últimos diez minutos no hubo historia. Indicados para probar nuevos esquemas, la selección se repartió los puntos, tanto que todos los que jugaron anotaron al menos tres puntos. Así, la selección mantuvo la intensidad defensiva y el acierto de cara a canasta. También el espectáculo ofensivo, con Claver, Ricky y Rudy a la cabeza. España, en definitiva, se gustaba y mucho.
Alemania, por su parte, seguía perdida, sumida en innumerables fallos y pérdidas de balón. No jugaron hoy en La Coruña. La selección, sí, y a gran nivel, 85-54. Qué dure.
Próximo partido: martes 20 de agosto vs Macedonia, 21:00 TDP.
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