Euforia, locura y billete para la Copa. Ese era el sentimiento que reinaba en el Palacio tras confirmarse la victoria del Joventut frente al Blusens, otorgando así la clasificación para la Copa del Rey al Asefa Estudiantes, que minutos antes había derrotado al Barcelona por un escandaloso 88-66.
No tuvo opción el Regal Barça, desastroso sin Navarro. El Estudiantes le pasó por encima desde el inicio, encomendándose al habitual Carl English (17 puntos y 21 de valoración) frente a un Barça que solo, y muy de vez en cuando, plantaba cara de la mano de CJ Wallace (15 puntos y 17 de valoración).
Pero hoy los azulgranas poco pudieron hacer. Hoy mandó el Estu y ayudó La Penya, aunque con suspense final, como no podía ser de otra manera.
El partido comenzó con duelos bajo los tableros, y con un Lorbek (10 puntos, 11 de valoración) muy enchufado. El Barça no parecía notar ni el cansancio de la Euroliga ni la baja de Navarro. Pero cuando el Estu comenzó a calentar la muñeca con Tariq Kirksay (13 puntos, 13 de valoración) a la cabeza, se notó la ausencia del capitán. Así, Estudiantes se ponía por delante de los catalanes (min 10, 20-14). Y ya no volverían a perder la ventaja.
Un margen que se fue ampliando progresivamente, al mismo nivel del espectáculo que ofreció el Estudiantes en el segundo cuarto. La salida de Lucas Nogueira (10 puntos, 10 de valoración) impregnó otro ritmo al equipo, tan o más efectivo como el del primer cuarto. El Barça sucumbió en todos los ataques, se mirara por donde se mirara. Ni Jawai, extremadamente marcado por Barnes (8 puntos, 6 rebotes, 15 de valoración), infringía su fuerza bajo los aros, ni Mickael se imponía a su defensor, ni Hueras y Sada mandaban en la dirección. Nada, horrible Barça. Con todo esto, el Estu tenía a Daniel Clark (12 puntos, 14 de valoración) muy enchufado, y se marchó al descanso en medio de la ovación del Palacio, con 42-26, y con media victoria en el bolsillo. En Badalona, Joventut caía de seis. Era la única mala noticia que llegaba a Madrid.
Tras la salida de vestuarios, el Barcelona pareció cambiar de cara. Marcelinho movió bien el balón y Wallace comenzaba a atinar el aro. Un espejismo: el Estu, de nuevo impulsado por Carl English, devolvió de nuevo el parcial, y lo aumentó de un modo tan absoluto que algunos ya se repetían la cuenta más loca: si Estudiantes derrotaba al Barcelona por 45, los de Pascual se quedaban fuera. Descabellado, pero los colegiales llegaron a ir 34 puntos arriba ( min 28, 69-35). Por poco. Parcial del cuarto: 30-17. Los números lo decían todo.
En el último periodo los colegiales, más atentos a lo que sucedía en Badalona, bajaron alguna marcha en defensa, que posibilitó los triples abiertos de Wallace, que maquillaba el resultado para su equipo. Txus escuchó a la Demencia y sacó a los chavales Vicedo y Guerra. La fiesta ya era casi total. 88-66 final.
Faltaba un billete para un viaje a Vitoria. Antes de conseguirlo, ovación en la retirada de los jugadores locales, y tensa espera, con el speaker como narrador, del partido entre Joventut y Blusens. 4000 personas esperando en el Palacio el resultado de Badalona, ahí es nada. También salieron los jugadores-toreros- al centro de la pista ávidos de noticias. Al final, tras la intriga, el speaker anunció la victoria de La Penya, y se desató la locura: los jugadores subieron a la grada, botaron y cantaron. Era el fin de fiesta soñado por todos los estudiantiles.
En nada todos ellos disfrutaran de otro festival, el de la Copa del Rey, con ese juego de aficiones, colores y mucho baloncesto, es el premio merecido para Estudiantes (9-8), que completa una gran primera vuelta colocando la guinda al pastel.
El Barcelona (9-8) también estará en Vitoria, pero con sensaciones mucho más distintas. La Navarrodependencia queda más evidente. Dependiendo del resultado y la imagen que demuestre en la Copa, Xavi Pascual podría estar contra las cuerdas.
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