Esto, sin duda, conllevó a la creación de un alto revuelo tanto nacional como internacionalmente. Los más populares periódicos de todo el mundo citaban la noticia en su portada, y en nuestro país se produjo un gran movimiento social, donde miles de personas salieron a la calle exigiendo un "Referéndum" o votación, dondepedían que el pueblo pudiera elegir entre seguir con una Monarquía o bien girar hacia la República.
Pero, ¿por qué ahora? ¿por qué justo
abdicar en este momento?
Esa es la pregunta que seguramente muchos de los españoles
tengamos en mente. Yo creo que para esto hemos de analizar la situación en la
que desde hace varios años se encuentra la Casa Real. Es cierto que Juan
Carlos I se ha encontrado siempre avalado por la mayoría de los ciudadanos,
que todavía le guardan un inmenso afecto por su actuación -para muchos heroica-
durante el famoso 23 de febrero de 1981.
Pero también es verdad que a
lo largo de este tiempo se han ido dando una serie de sucesos que, unidos a
la grave situación social, económica y política en la que España se encuentra
inmersa, han hecho que mucha gente empezara a dudar, y por consiguiente
que se planteara la idea de intentar provocar un cambio. Tenemos el ejemplo
en la "cacería de elefantes" donde se produjo la lesión de
rodilla, o en el más que polémico "Caso Nóos",
donde aparecen la Infanta y su marido Iñaki Urdangarin.
Además, a ello se suma la gran decaída
de los dos grandes del bipartidismo español en las pasadas Elecciones
Europeas del 25 de mayo. Ambos líderes de sendos partidos se posicionan a
favor de mantener la Monarquía, respetando así, dicen, lo que se pactó
durante la transición a la democracia. Pero esto ha suscitado entre algunos
el pensamiento de que un partido como el PSOE, de alma republicana, puede
estar así "traicionando" sus valores. Multitud de partidos entre
los que se encuentran Izquierda Unida o Equo siguen insistiendo en ese
"derecho" del pueblo a poder decidir su futuro.
Y, esta es la gran cuestión, si sería
acertado ese referéndum o no. Quizá una respuesta afirmativa sea la respuesta
correcta. El pueblo siempre elegirá la opción que estime beneficiará más a
la sociedad, y ello da muestra de que realmente será un poder del Estado
asignado por una verdadera democracia. Además, no habría una manera mejor
para la Monarquía que ser respaldada de nuevo por los ciudadanos, lo que
realmente fortalecería a Felipe VI.
Más allá de las oportunas decisiones que
se tomen desde arriba, claro está que la sociedad española se encuentra en un
proceso de adaptación y evolución, y queda mucho trabajo por delante hasta que
quede óptimamente configurada. Esta será una sucesión con luces y sombras.
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